viernes, 1 de agosto de 2014

Bailando.

La música surge de los altavoces y juega en el espacio antes de venir a fundirse en mis oídos. Es extraño porque, aunque soy capaz de percibir eso, no sé cómo se llama la canción, ni qué estilo es, ni cuánto tiempo lleva sonando. Lo único que mi mente es capaz de procesar es la mano de Bruno apoyada en mi espalda y su respiración acariciando mi hombro mientras bailamos sin parar.
Le he conocido hoy, antes no sabía ni que existía, y no sé cómo he podido estar tanto tiempo sin saberlo. En cuanto ha llegado me ha pedido bailar y sólo me he dado cuenta de haber aceptado cuando ya estaba entre sus brazos, es un hombre realmente hipnótico, no creo que nadie le haya dicho nunca que no.
Aleja el rostro para mirarme, pero me mantiene pegada a él, sin mover su mano de mi espalda. Sus ojos son oscuros, profundos y cálidos, y examinan mi rostro antes de sonreír y darme una vuelta. Es increíble cómo se mueve, me lleva por la pista con seguridad y yo sólo tengo que dejarme llevar, como el agua que discurre por el cauce. De hecho, ahora me siento así, totalmente ligera, casi no puedo creer que tenga algo tan ortopédico como unas piernas.
Me abraza de nuevo y vuelvo a notar cómo su barba incipiente acaricia mi mandíbula. Me encuentro segura en la pequeña jaula que forma su cuerpo, sintiendo el calor que atraviesa su camisa y su mano firme sosteniendo la mía. Todo él es magia y pasión que me envuelven y me encierran con delicadeza en una pequeña burbuja en la que sólo estamos nosotros. Jamás en mi vida me he sentido así.
-        - Estás cansada? ¿Quieres sentarte un poco? – la canción ha terminado y se ha separado un poco de mí, dejándome a merced del exterior que me ataca sin piedad.
-         - No, para nada.
Se acerca sonriendo y sus labios, que saben a canela y café, rozan los míos provocando un contacto que aplaca todos mis sentidos. Cuando los recupero él me mira a los ojos y nuestras respiraciones se mezclan en el estrecho espacio que dejan nuestras bocas.
Una nueva canción empieza, completando el hechizo. Volvemos a bailar.


6 comentarios:

  1. Un escrito que sin duda transmite mucho, se siente el sentimiento detrás de él. ¿Amor? ¿Coqueteo? ¿Pasión? Mmmm sin duda hay algo, aunque tu eres la única que sabe a ciencia cierta lo que él esconde. ¡Fantástico!

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    1. Muchas gracias :)
      Lo sé pero chsss, es secreto ;) de modo que puedes imaginar lo que quieras.
      Un fuerte abrazo, Dreamer.

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  2. Un honor poder leer lo que escribes¡¡ me quedo por aquí y si te apetece te invito a pasarte por mi blog¡¡¡ saludos y buenas lecturas¡¡¡

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    1. Muchas gracias, me alegra mucho que a la gente le guste lo que escribo :)
      Ya me he pasado y te sigo.
      Un saludo, nos leemos.

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  3. No sabía que un baile pudiera expresar tanto... Jajaja Maravilloso el relato, y tu forma de contarlo todo. Ella se sentía tan liviana, que parecía que flotaba o volaba en cada uno de sus giros. Se sentía en una nube... respiraba esa fragancia que otorga el embelazamiento, cual pétalos de rosas flotando en el ambiente, y que al caer cubren de rojo esa mullido lecho de nubes de algodón...
    Perdona, pero he querido poner mi granito de arena en tu relato.
    Un abrazo.

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    1. Jajaja no te preocupes, me ha gustado :)
      Muchas gracias, un abrazo :)

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